viernes, 29 de abril de 2011

siempre igual


Te has perdido tantas cosas... te perdiste mi sonrisa, y mis ganas de gritar, te perdiste mis deseos, te perdiste mis escotes, te perdiste mis miradas, algunas tan perdidas también ellas. Te perdiste mis palabras, te perdiste el color rosa de mis mejillas, te has perdido mis encantos y mis disgustos, la ventana a la que me asomo, las macetas que no riego... Te perdiste mi perfume y también mi soledad. No has visto tampoco nada de mi armario, todo escogido para tí, tampoco conoces mi voz cuando te espero y no llegas, mis angustias, mi miedo eterno, mi alegría al descubrirte, mis andares de puntillas por la casa sin saber donde meterme. Mis pupilas dilatadas, mi carmín sin estrenar, mis labios mordidos, mis dedos inquietos, mis manos ansiosas. Te has perdido tantas cosas... el olor de mi cocina, el olor de mi cuello que despejado de pelo solía echar hacia atrás desesperada. No conoces mis dolores, ni tampoco mis bonanzas, desconoces el pinchazo en la barriga al saber que ya no vienes. No descubriste mi llanto cuando lo hubo, ni mis mentiras constantes para seguir esperando, para seguir esperando, para seguir esperando...

martes, 26 de abril de 2011

lo nuestro


La pronunciación en los labios de él, de él, solo de él, de la frase "lo nuestro es" le llenó el espíritu de ánimo. Tal vez una falsa promesa, tal vez, pero en ese momento en sus oídos solo resonaban con claridad y persistencia esas dos palabras, lo nuestro.
Lo nuestro, lo suyo, había empezado de un modo tortuoso hacía ya dos años. Dos años acompañados de tantos sinsabores, de tantas ilusiones quebradas, que no sabía si merecía la pena. Pero debía de merecerla, ella solo tendría que aprender a ser querida de ese modo, de ese "otro modo".
A veces las ganas de gritar eran tan fuertes que taponaban susu oidos. A veces las ganas de arriesgar eran tan fuertes que bloqueaban sus brazos, brazos siempre encontradizos, brazos que siempre se hacían los que no iban a ningún lado y siempre acababan en el mismo, hacia él.
Nadie se merece tanto amor. Nadie se merece tantos minutos perdidos buscando razones para no dejar de pensar en él. Nadie. Y ella debería saberlo. Pero ella sabe muy poco, con lo lista que parece es una tonta de remate. Con lo que todos creen de ella, se caerían redondos si tan solo sospecharan lo ingenua que llega a ser.
"Lo nuestro"... a saber qué es lo que tienen que sea de ellos...
Sin embargo se recrea en cada gesto y palabra que sale de su boca. Se pregunta cómo puede llegar a quererlo tanto. Se distrae en el recuerdo, siempre el recuerdo, de sus labios, que a ella le saben a gloria... y así deja pasar su vida. En cierto modo no podemos reprocharle nada, porque todos hemos perdido la cordura alguna vez, todos hemos cogido el camino equivocado, porque "lo suyo", lo de ellos, no es un error, sí el camino menos fácil, pero no un error. De todos modos fue él quien pronunció lo nuestro, y quien la espera cuando puede esperarla, y quien la busca cuando puede buscarla. Es fácil entenderla. Es muy sencillo. Y lo cierto es que quien no la entienda, quien haya caminado siempre por la rectitud, quien nunca haya tropezado y a quien nunca la pronunciación de unas palabras le hayan hecho volar por encima de las calles viéndolo todo desde tan arriba, a ellos también habría que compadecerlos, pues ellos se lo pierden.

domingo, 24 de abril de 2011

insomnio

Seguramente vivirás igual sin saber que nadie se había enamorado como yo del puente de tu pie, de la corva de tu pierna, de tu hueso ilíaco, de tus cinco dedos de uñas recortadas y del color de tu piel.
El garabato de tu cuerpo, mancha oscura de tinta espesa, negra, que se dibuja contra la ventana de luz tan clara y que despeja tu frente divina, tus ojos cerrados, tu boca en silencio, tus brazos cruzados...
duermes, y yo no puedo

diseño de interiores

porque no sé si aqui se cumplirá aquello de "las apariencias engañan", no dejo de preguntarme si puede ser posible que detrás de la puerta exista algún tipo de diseño que contradiga al exterior... por malo que sea, siempre será mejor que el externo, vamos digo yo.


sábado, 23 de abril de 2011

hojas de morera

En tu colegio hay un moral que llena el suelo de moras que acabamos pisando uno y otro día. En tu colegio hay un moral que sobresale por la verja. Antes los niños ibamos por hojas de morera, ya sabes, para criar gusanos, gusanos de seda.

qué mala boca...

Le perdieron sus maneras, su actitud y su mala leche. Si es que no se puede ser tan descarado, joder. Hay que guardar las formas, y hay que saber que las cosas que se hacen o se dicen a veces nos vienen de vuelta. Le perdió su mala boca porque siempre tenía alguna mala palabra pensada, o sin pensar, en la cabeza, no se puede tener la cabeza tan así, tan llena de malos pensamientos... y se lo han dicho muchas veces, muchas, tantas que cualquiera diría que se le debe de haber grabado en su pequeño cerebro de caracol retrasado, porque es lento, es muy lento, tanto que la rapidez con la que actúa a veces le juega malas pasadas.
Pero a mi me cae bien, qué quereis que os diga, a este pequeño fragmento que es libre de decir lo que quiera, y de meter la pata tantas veces como pueda, tengo que llevarlo encima, no tengo elección, y prefiero que me caiga bien aunque le pierda tantas y tantas veces su mala boca.

la primavera, joder con la primavera

La primavera ha entrado de golpe sin que, como siempre, nos demos ni cuenta.      La primavera, a la que no detesto ni admiro, ha entrado fuerte y dejándonos a todos sin aliento, a algunos de forma literal, pues son alérgicos. Esta estación trae muchas cosas, entre otras la luz que se mete por todos los rincones y que entristece a cualquiera que no quería ver, y que ahora, no le queda otra, tiene que ver cada escondite de su alma, y, sinceramente, hay escondites que mejor no descubrir. Aunque seamos justos también con ella, la primavera hace que cambien cosas, y eso a veces es bueno. Es tiempo de cambios, y cambiar está bien, siempre que sea para mejor... imagino